Según el INE, la inflación en el mes de septiembre alcanzó el 3,4% interanual. De acuerdo con nuestras estimaciones, de no haberse aplicado dicha subida la inflación interanual de septiembre habría sido del 2,5%, dos décimas inferior a la del pasado agosto. Sin embargo, según el INE la inflación a partir del IPC supuestamente calculado con impuestos constantes habría bajado del 2,7% en agosto al 1,4% en septiembre. Una caída de la inflación real de tal magnitud supondría un acontecimiento muy especial. Lo que ocurre es que ese 1,4% se obtiene eliminando del 3,4% del IPC de septiembre:
a) Lo que realmente han repercutido lo empresarios;
b) Más la reducción de sus márgenes —alguna petrolera ha anunciado que sólo ha repercutido el 50%—
c) Posibles bajadas de precios por bajadas en la calidad de los productos.
¿Por qué se computan los efectos b) y c) como una bajada de precios cuando no lo son? Alguien lo debería explicar.
Lo anterior pone de manifiesto los efectos peyorativos que tiene aumentar la recaudación fiscal mediante impuestos indirectos como el IVA frente al aumento mediante impuestos directos como el de sociedades e IRPF, que es progresivo. Al subir el IVA suben los precios de forma igual para todos, con lo que los beneficiarios de pensiones bajas ven reducida su capacidad adquisitiva. Si el Gobierno quiere compensarles, tendría que hacerlo con nuestra cifra de referencia, 2,5%, y no con el 1,4%, lo que supondría un aumento apreciable del gasto público.
Es cierto que los tipos del IVA en España son bajos comparados con los de la zona euro —hay que tener también en cuenta las desigualdades en las cotizaciones sociales entre las economías—, pero un proceso hacia la igualación de ambos tipos no debiera hacerse en un período de profunda recesión sin compensar adecuadamente a las rentas bajas. El sistema italiano de subir el IVA para 2013 al mismo tiempo que se baja el IRPF para las rentas bajas es un buen ejemplo a seguir.
Antoni Espasa y Santiago Sánchez Guiu, responsables del Boletín de Inflación y Análisis Macroeconómico de la Universidad Carlos III.
Artículo extraido de El País 15 Oct. 2012